5.2. Chaplin

(Esto es un resumen del libro «Historia del cine» de Román Gubern)

Chaplin es un humanista que reconoce bien a la sociedad en que vive y sabe de sus lacras e injusticias, que ha padecido en su propia carne.

En 1914 se estrenaba su primera película, Charlot periodista.

Pero fue con su segundo film, ‘Carreras sofocantes’, cuando dio a conocer el personaje del vagabundo.

En ese mismo año rodó 35 cortos de entre doce y dieciséis minutos de duración, escritos y dirigidos por Sennett, el propio Charles u otros directores.

El éxito fue inmediato y universal.

Charles Chaplin se asoció con Douglas Fairbanks, Mary Pickford y Griffith para fundar la productora United Artists (1919)

El chico (1921), evocación de los días de su temprana lucha por la vida, y las amargas jornadas sin nada que llevarse a la boca.

Aquí se hace evidente el desplazamiento del mundo chapliniano desde la caricatura hacia la tragedia, trascendiendo lo folletinesco del asunto gracias a la enorme fuerza patética de sus imágenes.

Una mujer de París (1923) está considerada como la primera película psicológica de la historia del cine y el primer auténtico estudio realista de costumbres.

La ausencia del popular vagabundo hace que la película sea recibida fríamente, también porque el público no está acostumbrado a contemplar en la pantalla tal sutileza de sentimientos ni la ambigüedad de caracteres, que quiebra el clásico y pueril esquema de “buenos” y “malos”.

Con un asunto banal, el humanista Chaplin lanzaba una amarga acusación contra los prejuicios y la intolerancia que hacían imposible la felicidad de dos seres que se aman.

Su extremada preocupación por obtener un gran realismo psicológico de los personajes le llevó a construir algunos decorados con cuatro paredes y a fotografiar las escenas a través de un orificio perforado en una de ellas, como espiando su intimidad.

En su afán de penetrar en el mundo interior de los personajes, utilizó por vez primera en el cine de un modo plenamente maduro y sutil las sugerencias visuales y las elipsis. 

Tras este experimento marginal en su carrera, Chaplin volvió a su sombrero hongo y a su bigotito, para revivir las penalidades de los buscadores de oro en la Alaska de 1898, en La quimera del oro (1925).

En el Hollywood devorado por Wall Street y agarrotado por el star-system, la sinceridad y la autenticidad creadora son virtudes nada fáciles de practicar.

Por eso la obra de Chaplin emerge con tanta fuerza entre las cascadas de celuloide pomposo, grandilocuente y cretinizante.

En 1928 rueda El circo, fue nominado a 4 Oscar, pero se le concedió uno honorífico.

Luces de la ciudad (1931) aparece impregnada de una lúcida amargura.

El vagabundo idealista será zarandeado por los zigzagueantes azares de la vida, que en esta película toman cuerpo en un millonario al que ha salvado del suicidio en plena borrachera.

Cuando se halla en estado de embriaguez, el caprichoso millonario se convierte en su amigo y protector, pero le repudia y desconoce cuándo está sereno.

Charlot obtiene su ayuda económica para que pueda operarse de la vista una humilde muchacha ciega vendedora de flores, por la que siente un tierno afecto.

La mala fortuna y el variable humor del millonario se confabulan para llevarle a la cárcel.

Cuando sale, la bella florista ha recobrado la vista y tiene una tienda elegante, pero no reconoce al pobre vagabundo.

Le obsequia con una flor y una moneda y, al hacerlo, se da cuenta de que es su bienhechor.

Ella ve, al fin.

Esta incursión en el más puro folletín podría haber resultado fatal para otro artista, pero la gracia alada de Chaplin convierte el melodrama en una película conmovedora.

Su repudio del cine sonoro le llevó a utilizar únicamente una banda musical (basada en el tema de La violetera de José Padilla, que Chaplin había oído de labios de Raquel Meller), pero incluyó una burlona parodia del cine hablado en el ininteligible discurso protocolario de la inauguración de una estatua, al principio de la película.

Su espíritu polémico tuvo ocasión, en Tiempos modernos(1936), de hacer un balance pesimista de la barbarie del supercapitalismo y de la deshumanizada ultratecnificación industrial: el enloquecedor trabajo en cadena, la máquina que ahorra el tiempo que los obreros invierten en la comida, la multitud que acude al trabajo como rebaño de corderos, el desempleo…

Este tragicómico retablo social de los años de la depresión, que no es tanto una crítica contra el maquinismo industrial como una crítica contra la inhumana explotación del hombre por el hombre, estuvo realizado también siguiendo los cánones de la estética muda y de la pantomima, si bien con el añadido de una banda musical, numerosos efectos sonoros (ruidos de máquinas, timbres, etc.) y hasta algunas palabras.

De hecho, esta película cerró el ciclo de su autor y fue, también, la última obra protagonizada por el vagabundo Charlot.

La aceptación plena de las posibilidades del cine sonoro no se produjo hasta su siguiente El gran dictador(1940), sátira feroz contra las dictaduras nazi y fascista que Chaplin realiza a pesar de las presiones y amenazas de la embajada alemana en Washington.

La valiente postura combativa de Chaplin en una América que todavía permanece neutral y espectadora ante el incendio bélico que abrasa a Europa, le valió no pocas críticas y levantó encendidas polémicas.

Chaplin realizó una creación magistral en dos papeles distintos, el del dictador Hynkel (caricatura de Hitler) y el de un pobre barbero judío perseguido por las fuerzas del dictador, mientras la figura de Benito Mussolini era parodiada por Jack Oakie, en el papel de Napaloni.

El carácter excepcional e independiente de Chaplin y su humanismo polémico le colocan como una figura fuera de serie, criticado y combatido por el mundillo chismoso de Hollywood y por la influyente cadena periodística de William Randolph Hearst e incluso perseguido por el Comité de Actividades Antinorteamericanas.

En realidad, se trata de un caso marginal e insólito en relación con el grueso de la producción cinematográfica americana.

Por eso, la industria de Hollywood le mira con escéptico recelo y no le toma en cuenta en sus sistemas de valoración.

En este clima moral se comprende el éxodo europeo de personalidades como Charles Chaplin, Orson Welles, Jules Dassin o Joseph Losey.

La última película americana de Chaplin es Monsieur Verdoux(1946), inspirada en un argumento de Orson Welles, que, esbozando el retrato de un atildado asesino francés de mujeres, expone cómo aquel buen padre de familia asesina a doce mujeres para mantener con su fortuna a los suyos, componiendo una amarga y lúcida parábola sobre la fragilidad de la moral que rige las relaciones humanas.

La película escandalizará a algunos sectores de la opinión pública, que arremeten con furia contra el gran artista.

En 1952 Chaplin abandona definitivamente los Estados Unidos y realiza e interpreta en Inglaterra Candilejas(1952), historia del payaso Calvero que transcurre en el ambiente de los music halls londinenses antes de la Primera Guerra Mundial, evocación sentimental con regusto autobiográfico, memorias afectivas del gran actor inglés.

Como memorias políticas suyas serán Un rey en Nueva York(1957), despiadada disección de la sociedad norteamericana, que causa no pocos quebraderos de cabeza al destronado rey Shadov (Charles Chaplin), exiliado político en este país por haber intentado la locura de utilizar la energía atómica con fines pacíficos.

Resumen:

  1. Charlot periodista. (1914) Su primera película,
  2. Carreras sofocantes (1914) 1ª con su personaje del vagabundo.
  3. Charles Chaplin United Artists (1919)
  4. El chico (1921).
  5. Una mujer de París (1923).
  6. La quimera del oro (1925).
  7. El circo (1928)
  8. Luces de la ciudad (1931)
  9. Tiempos modernos (1936)
  10. El gran dictador (1940).
  11. Monsieur Verdoux (1946)
  12. Candilejas (1952).
  13. Un rey en Nueva York (1957).

Keystone: Chaplin apareció en 35 películas de Keystone Studios, todas producidas por Mack Sennett. Casi todas de un rollo de longitud.

Essanay: Chaplin escribió, dirigió y actuó en 15 películas para Essanay Studios, todas las cintas fueron producidas por Jesse T. Robbins. Casi todas de dos rollos.

Mutual: Chaplin escribió, produjo, dirigió y actuó en 12 películas para Mutual Film Corporation, la que creó Lone Star Studios exclusivamente para las películas de Chaplin. Todos los lanzamientos de Mutual son de dos rollos de extensión.

First National: Chaplin escribió, produjo, dirigió y actuó en nueve películas para su propia compañía de producción entre 1918 y 1923. Estas películas fueron distribuidas por First National.

United Artists: Chaplin comenzó a lanzar sus películas a través de United Artists en 1923. Desde este momento todas sus películas fueron largometrajes. Produjo, dirigió y escribió ocho películas y actuó en todas menos en la primera. A partir de Luces de la ciudad también escribió las partituras de sus películas.

 

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